Entendiendo el Autismo
El autismo, o trastorno del espectro autista (TEA), es un conjunto de condiciones de desarrollo neurológico que afectan la capacidad de una persona para comunicarse, interactuar socialmente y procesar información. Aunque cada caso es único, los individuos con TEA suelen tener dificultades con la interacción social y la comunicación, y a menudo presentan comportamientos, intereses y actividades restringidos y repetitivos.
¿Qué es el trastorno del espectro autista (TEA)?
El trastorno del espectro autista (TEA) es un término general que explica una condición de desarrollo compleja que afecta aproximadamente 2.21% de los adultos en los Estados Unidos.
Hasta 2013, la La Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA) distinguió cuatro tipos diferentes de autismo: trastorno autista, síndrome de Asperger, trastorno desintegrativo infantil y trastorno generalizado del desarrollo no especificado (PDD-NOS). Sin embargo, después de 2013, la APA agrupó estas condiciones de salud mental bajo el término general de trastorno del espectro autista.
¿Significa esto que las personas que experimentan autismo tienen los mismos síntomas? Ciertamente no. Y definitivamente no significa que las personas diagnosticadas con trastorno del espectro autista tengan el mismo nivel de funcionamiento.
Cada persona es diferente, y las necesidades mentales, emocionales o físicas de alguien que vive con autismo pueden diferir de las necesidades de otra persona con la misma condición de desarrollo. Sin embargo, lo que la mayoría de las personas con autismo tienen en común es que sus síntomas comienzan en la primera infancia y continúan por el resto de sus vidas.
Síntomas del trastorno del espectro autista (TEA):
El trastorno del espectro autista es una condición que afecta diferentes áreas del desarrollo de una persona, incluidas sus habilidades sociales o de comunicación, comportamientos, intereses y procesamiento sensorial.
Los síntomas autistas a menudo se vuelven visibles cuando un niño tiene entre 2 y 3 años. Dependiendo del nivel de apoyo y tratamientos que reciba un niño, estos síntomas pueden mejorar significativamente o empeorar. Por esta razón, las intervenciones tempranas son vitales para ayudar a que un niño con autismo prospere y se convierta en un adulto independiente.
A continuación, analizamos algunos de los síntomas más comunes del trastorno del espectro autista y cómo pueden verse en la primera infancia.
Comportamientos
Los comportamientos repetitivos pueden manifestarse de varias maneras. A veces, pueden parecer movimientos físicos repetitivos, como mecerse o caminar de un lado a otro. Otras veces, un niño o un adulto pueden ordenar los objetos repetidamente (es decir, poner comida en un plato o clasificar la ropa por tipo o color). Los comportamientos repetitivos también pueden manifestarse como mirar fijamente las cosas durante un tiempo considerable o estar hiperconcentrado al participar en algunas actividades.
Los niños a menudo se involucran en comportamientos repetitivos como parte de su proceso de aprendizaje. Cuanto más repitan, más probable es que dominen alguna habilidad específica. Esto puede hacer que te preguntes, «¿cómo puedo distinguir los comportamientos repetitivos autistas de los comportamientos no autistas?» A menudo, esto requiere una evaluación de los padres, los maestros y el pediatra del niño. Los comportamientos repetitivos autistas tienden a ser más problemáticos o perjudiciales.
Por ejemplo, un niño puede negarse a comer cualquier alimento si no está colocado adecuadamente, o puede pasar mucho tiempo forrando su comida sin siquiera molestarse en probar un bocado. Además, los niños pueden comenzar a aplaudir repetidamente sin motivo aparente y continuar haciéndolo incluso cuando se les pide que se detengan.
Cuando los niños son interrumpidos por su comportamiento repetitivo o cuando se cambia repentinamente una rutina, pueden agitarse o angustiarse.
Problemas de procesamiento sensorial:
Esto puede tomar la forma de ser hiposensible o hipersensible a la información sensorial. La hiposensibilidad se refiere a una menor capacidad para procesar la experiencia sensorial. Por lo tanto, la persona necesita tener una exposición más intensa o prolongada a una experiencia sensorial para encontrar placer, alegría o comodidad (es decir, lavarse las manos muchas veces al día o frotarse las manos continuamente con ciertas texturas).
Por el contrario, la hipersensibilidad se refiere a una reacción exagerada a las experiencias sensoriales. Por lo tanto, una persona evitará experiencias sensoriales moderadas o intensas (es decir, conciertos, lugares ruidosos, luces fluorescentes).
Los niños con autismo pueden sentirse cómodos al masticar objetos (no comida) con diferentes texturas. También pueden frotarse las manos continuamente con objetos o ropa particulares.
Cuando un niño experimenta hipersensibilidad, puede comenzar a taparse los ojos y los oídos cuando aumenta la información sensorial. En algunos casos, un niño puede cerrarse por completo cuando tiene que unirse a grupos grandes, ir a lugares concurridos, tiendas o fiestas.
Problemas de comunicación y desarrollo del lenguaje:
A las personas con autismo les puede resultar difícil captar gestos no verbales, señales sociales, dobles sentidos o ideas abstractas. En algunos casos, el lenguaje puede volverse una de las áreas más afectadas en el desarrollo de un niño.
El autismo puede afectar la capacidad de una persona para comprender lo que dicen otras personas y su capacidad para comunicarse con el habla.
Cuando los niños comienzan a mostrar signos de autismo, uno de los síntomas más visibles tiene que ver con la comunicación y el lenguaje. Por ejemplo, un niño puede repetir en exceso una palabra o frase que dijo otra persona.
Los niños también pueden comenzar a repetir palabras no relacionadas con la conversación. O bien, pueden comenzar a pronunciar palabras o frases con un tono de voz inusual (es decir, una voz aguda como la de un robot).
Dificultades para establecer nuevas relaciones:
Es un mito que los niños y adultos con trastorno del espectro autista no pueden entablar relaciones. El autismo no impide que las personas aprecien, amen o sean amigos de los demás. Sin embargo, pueden surgir dificultades para establecer nuevas relaciones debido a las señales que mencionamos anteriormente.
En otras palabras, a las personas con autismo les puede resultar difícil interactuar con sus compañeros u otras personas debido a un retraso en el desarrollo del lenguaje o cognitivo, dificultades para adaptarse a algunos entornos o participar en comportamientos repetitivos o hiperconcentrados, entre otros.
Los niños con autismo pueden experimentar aislamiento o discriminación en las escuelas u otros entornos donde existe una falta de conciencia sobre el autismo. Los niños con autismo tienen las mismas necesidades emocionales de conectarse, jugar y relacionarse con los demás. Sin embargo, a veces pueden sentirse abrumados cuando nuevas personas entran en sus vidas o cuando tienen que procesar mucha información (es decir, aprender nuevos juegos, interactuar en grupos grandes, asistir a eventos escolares, etc.).
Como todos los demás, las personas con autismo tienen fortalezas, debilidades y necesidades únicas. El autismo no una enfermedad y no tiene por qué impedir que alguien viva una vida sana, satisfactoria e independiente.
Según la etapa de desarrollo de una persona, encontrar los servicios y el apoyo adecuados es clave para prosperar y mejorar el bienestar mental.
¿Cómo puede la terapia de EMT tratar el autismo?:
Cada año, los científicos e investigadores reconocen los beneficios de usar la estimulación magnética transcraneal repetitiva (EMTr) como un enfoque seguro y sin dolor para controlar los síntomas asociados con el autismo. En la actualidad, congresos internacionales sobre neurociencia clínica y organizaciones de todo el mundo están dando a conocer las importantes mejoras que la estimulación magnética transcraneal ha tenido en la vida de muchas personas.
Estudios recientes y ensayos clínicos controlados han demostrado que la terapia de estimulación magnética transcraneal puede activar varias regiones del cerebro responsables de los síntomas centrales del autismo. Estas regiones del cerebro incluyen la corteza prefrontal, la corteza prefrontal dorsolateral, la corteza prefrontal medial y la corteza parietal.
Al dirigirse a regiones específicas del cerebro, la terapia de estimulación magnética transcraneal puede:
- Reducir el comportamiento repetitivo.
- Tratar la irritabilidad o los síntomas depresivos.
- Mejorar el funcionamiento motor.
- Abordar problemas de atención (es decir, cambio de atención, hiperenfoque).
- Abordar otros síntomas del TEA, como problemas para dormir o comer.
La terapia de estimulación magnética transcraneal utiliza pulsos magnéticos que no son perceptibles para la mayoría de las personas. Esto hace que el tratamiento con la EMT sea una alternativa adecuada y bien tolerada para las personas que experimentan hipersensibilidad.
Por último, pero no menos importante, los estudios han sugerido que el tratamiento con la EMT mejora la plasticidad cerebral, la capacidad del cerebro para crear nuevas redes neuronales. El aumento de la plasticidad cerebral en las personas con autismo es importante, ya que permite que el cerebro comprenda cosas nuevas, participe en nuevos comportamientos y aprenda nuevas habilidades de afrontamiento para regular las emociones.
Como se realiza la EMT?
La EMT se realiza por un profesional especializado que ubica la bobina sobre la cabeza para estimular ciertas regiones del cerebro involucradas con la sintomatología del TEA. Se realiza generalmente en compañía de los padres, quienes en todo momento acompañan y supervisan el tratamiento.
Los protocolos utilizados para tratar los sintomas del TEA pueden variar para cada individuo. Con la evaluacion se implementan los protocolos especficos para cada chico.
Limitaciones de la terapia TMS para tratar el autismo:
La estimulación magnética transcraneal no pretende ser una cura para curar a las personas en el espectro del autismo. Como hemos mencionado antes, el espectro autista no se considera una enfermedad sino una condición de desarrollo diferente.
Aunque la terapia de EMT es adecuada para la mayoría de las personas, no se recomienda para aquellos con antecedentes de convulsiones o lesiones cerebrales. Además, la terapia de EMT no se recomienda para aquellos que tienen dispositivos de estimulación eléctrica o de metal implantados en la cabeza.
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